Fuentes documentales y bibliografía crítica

En primer lugar, debemos de hacer notar la escasez y parquedad de las fuentes documentales textuales y bibliográficas anteriores al siglo XÍX que reflejen e! nombre de nuestra Sierra o Sierras, haciendo sólo alusión a nombres de poblaciones, castillos, ríos, etc. Una problemática añadida se suma cuando aquéllas son indirectas, dando una visión parcial de los hechos.

Según autores como J.A. Pérez Macías la Sierra de Aroche ya había comenzado a diferenciarse de la de Aracena desde el III Milenio a.C, cuando poblaciones megalíticas de honda raigambre alentejana ocuparon los Llanos de San Mamés; mientras que Aracena estuvo más en contacto con la cultura del sur de la provincia.

Escribe Susana Fernández Gabaldón que, desde mediados del siglo X, se tienen constancia de Aroche, así como de la existencia de un castillo que formaba parte de la Cora de Beja, siendo cabeza fronteriza con límite, por un lado, con el iqlim o distrito militar de AI- Munastir (Almonaster la Real) perteneciente a la Kura de Sevilla, y por otras con la de Mérida, cuyo límite meridional se fija en el Río Ardila, recorriendo las estribaciones de la Sierra de Aroche.

Pérez Macías también nos habla de esta Sierra en la Carta Arqueológica de los Picos de Aroche al argumentarnos que durante el siglo XI, en el periodo de paz de Alhaken II, se promulgan unos edictos favoreciendo la apertura de las minas en la Sierra de Aroche, lo que probablemente deba extenderá a todo el distrito minero del NO de Huelva (Rúa Figuerora, 1859)».

El realengo Septentrional se dividió en dos partes, la Sierra de Aroche y la Sierra de la Constantina. Gozalvez Escobar nos pone de manifiesto que a la Sierra de Aroche junto a cierta homogeneidad geográfica, se le reconocía entidad propia y diferenciada, pues a efectos fiscales y administrativos se le distinguía de la Sierra de Constantina que estaba más al este. Collantes de Terán abunda en el tema al decirnos que la zona norte coincidía con la denominada Sierra de Aroche y abarcaba 2.538 kilómetros cuadrados. Es ahora cuando empieza a configurarse esta porción de territorio como una comarca que afrontará una misma historia, recibiendo sus principales señas de identidad.

Corrobora esto el profesor González Jiménez, cuando nos expone que desde la Reconquista hasta el final de la Edad Medía a la actual comarca serrana se le llamó geográficamente Sierra de Aroche.

La llegada de gentes venidas de Asturias, León, Galicia, Castilla, etc. para repoblar un territorio escaso de población provocó una profunda transformación de cultura y costumbres. De esta época es la famosa Jota de Aroche, cante típico de los repobladores norteño; donde una de sus estrofas dice: «en La Sierra de Aroche Sierra de Flores, donde cantan las mozas coplas de amores.

En el Archivo Municipal de Sevilla hemos encontrado múltiples referencias a la Sierra de Aroche durante los siglos XIV y XV afirmándose que esta población es la llave de la Sierra y de toda la comarca. Se recogen gran cantidad de noticias referentes a la Rentas pagadas por las poblaciones de la Sierra de Aroche

El concejo sevillano seguirá apostando por Aroche como cabeza fiscal del territorio, pues desde mediados del siglo XVI hasta finales del siglo XVII la Tesorería sevillana se dividió en partidos que agrupaban a varias poblaciones. Se creó el partido de la Sierra de Aroche agrupando a 26 poblaciones Aroche. Aracena, Higuera de Aracena, Frejenal, Higuera de Frejenal, Galaroza, Cortegana, La Nava, Cumbres Mayores, Cumbres de Enmedio, Cumbres de San Bartolomé, Encínasola, El Cerro, El Real, Bodonal, Almadén, El Garrobo, La Marutera, Hinojales, Santa Olalla, Zufre,Cala, Castiblanco. Castillo de las Guardas. Almonaster y Zalamea. La documentación que generó fiscalmente el partido se encuentra en el Archivo Municipal de Sevilla.

La pérdida del realengo por parte de Aracena a mediados del síglo XVII y su transformación en señorío influyó sobremanera en el predominio aruccitano. Aroche, por el contrario, jamás perdió aquella condición realenga.

Archivo municipal de Sevilla

En el Archivo Municipal de Sevilla hemos encontrado múltiples referencias a la Sierra de Aroche durante los siglos XIV y XV afirmándose que esta población es la llave de la Sierra y de toda la comarca. Se recogen gran cantidad de noticias referentes a la Rentas pagadas por las poblaciones de la Sierra de Aroche. También se observa la inquietud de la capital hispalense por tener buena y rápida información de los sucesos bélicos de la frontera.

Citemos entre los muchos documentos para ver la división de las Sierras sevillanas. Un párrafo del Real Privilegio de 7 de Agosto de 1492 dado en Valladolid sobre alcabalas: «E si para lo que dicho es e para cada cosa dello menester ovierdes fauor e ayuda, mandamos, a los concejos; corregidores e alcaldes e justicias, regidores e oficiales e omes buenos del dicho condado de Niebla e las sierras de Aroche e Constantina e de todas las otras cibdades e villas e logares de nuestros reynos e sennorios…» (El Tumbo de los Reyes Católicos del concejo de Sevilla(I 478-1494).

En el siglo XV I debemos de destacar la explosión demográfica, la construcción de establecimientos religiosos y la marcha de muchos serranos para embarcarse hacia Indias. Otros dos hechos también serán significativos la estancia de Arias Montano en la Sierra y la conquista de Portugal en 1580, que provoca un período de paz fronterizo de sesenta años.

Durante este siglo el espacio que estudiamos va a seguir llamándose Sierra de Aroche. Pero Aracena aumenta su peso específico por tres circunstancias, la anexión de una serie de aldeas donde había habido un fuerte crecimiento demográfico (Galaroza-hasta I 553- y Alhajar), la influencia política que le reporta la presencia de Arias Montano en El Castaño y Alájar y su nombramiento como nueva vicaría por el concilio provincial Hispalense de 1512 y el Sínodo 1 diocesano de 1572.

Sin embargo, este aumento de peso socioeconómico y político de Aracena no influye sobre la denominación de la Sierra, pues en 3 las distintas fuentes documentales nos sigue apareciendo la Sierra de Aroche. Así figura en la escritura de Concordia relativa a la jurisdicción, límites y aprovechamientos de la Dehesa llamada de la Contienda entre los pueblos de Aroche, Encinasola y Moura, dada por Carlos I el 14 de octubre de 1542. Los Picos de Aroche aparecen como una de sus partes. Mas adelante, a finales del siglo XIX. Máximo Ramos y Orcajo, Presidente de la Comisión de Límites entre España y Portugal se refiere a ellos como «Los Tres Picos».

Picos de Aroche: Aroche 718 metros; Lomo

Delgado 631 metros;
Umrizos 543metros.

El concejo sevillano seguirá apostando por Aroche como cabeza fiscal del territorio, pues desde mediados del sigío XV I hasta tíñales del siglo XVII la Tesorería sevillana se dividió en partidos que agrupaban a varias poblaciones. Se creó el partido de la Sierra de Aroche agrupando a 26 poblaciones Aroche. Aracena, Higuera de Aracena, Frejenal, Higuera de Frejenal, Galaroza, Cortegana, La Nava, Cumbres Mayores, Cumbres de Enmedio, Cumbres de San Bartolomé, Encínasola, El Cerro, El Real, Bodonal, Almadén, El Garrobo, La Marutera, Hinojales, Santa Olalla, Zufre,Cala, Castiblanco. Castillo de las Guardas. Almonaster y Zalamea. La documentación que generó fiscalmente el partido se encuentra en el Archivo Municipal de Sevilla.

Como se verá se va conformando una personalidad histórica, como consecuencia de su propia configuración física y de su hecho diferencial antropológico, que no es otro que la herencia que dejaron aquellos repobladores cristianos venidos del Norte de

España(leoneses, castellanos, gallegos, asturianos, etc.) mezclada con el legado de hispanoiromanos, visigodos y árabes. Claro que sin olvidar tampoco el elemento portugués, muy importante en los pueblos cercanos a la frontera.

Todo ello a pesar de que no hubiera una capitalidad clara que sirviera de aglutinante, pues ni Aroche ni Aracena fueron capaces de convertirse en el lugar que polarizara a los demás. No estamos de acuerdo con los que mantienen que la Sierra no tiene personalidad histórica. Sí nos adherimos a los que piensan que la escasez de solidaridad entre poblaciones y la ausencia de comunicaciones con Extremadura o Castilla, obligo a diseñar nuestra historia mirando a Sevilla.

También creemos que el papel económico jugado por el sur de Extremadura no es desdeñable en el bosquejo de la personalidad serrana. No se ha hecho aún justicia con aquella tierra ni se ha estudiado suficientemente la relación.

El XVII es un siglo de profunda crisis, marcado por la sangrienta guerra con Portugal, las epidemias y el descenso de población que hizo que algunos municipios serranos perdieron más de la mitad de sus vecindarios.

Sucede también un hecho fundamental para el mapa político que no es otro que la entrada en el señorío de
Aracena(1640),jurisdicción que no abandona hasta el siglo XIX. Esto conlleva que el concejo sevillano con centre sus apoyos en Arocho, territorio realengo y de más fácil control.

Sierra de Aracena

El XVII es un siglo de profunda crisis, marcado por la sangrienta guerra con Portugal, las epidemias y el descenso de población que hizo que algunos municipios serranos perdieron más de la mitad de sus vecindarios. Sucede también un hecho fundamental para el mapa político que no es otro que la entrada en el señorío de Aracena (1640),jurisdicción que no abandona hasta el siglo XIX. Esto conlleva que el concejo sevillano con centre sus apoyos en Aroche, territorio realengo y de más fácil control.

Aracena continúo con su fuerte economía como nos apostilla Vicenta Cortés Alonso: «Aracena con sus cinco mil habitantes aproximadamente se había convertido en el centro vital de la comarca de La Sierra. Su castillo era defensa para toda aquella contornada, cuyas 17 aldeas,- entre las que estaban Galaroza, Castaño del Robledo y Alajar-, le convertían en una pequeña capital de una importante región ganadera, productora de renombrados derivados del cerdo, en especial jamones». Esta aglomeración y satelización de villas sujetas a una mayor entidad es la que hará nacer la denominación Sierra de Aracena, refiriéndose al territorio que comprende el término de Aracena y sus alrededores (aldeas), pero nunca a la totalidad de la comarca serrana.

Picos de Aroche

En el siglo XVI debemos de destacar la explosión demográfica, la construcción de establecimientos religiosos y la marcha de muchos serranos para embarcarse hacia Indias. Otros dos hechos también serán significativos la estancia de Arias Montano en la Sierra y la conquista de Portugal en 1580, que provoca un período de paz fronterizo de sesenta años.

Durante este siglo el espacio que estudiamos va a seguir llamándose Sierra de Aroche. Pero Aracena aumenta su peso específico por tres circunstancias, la anexión de una serie de aldeas donde había habido un fuerte crecimiento demográfico (Galaroza-hasta 1553- y Alhajar), la influencia política que le reporta la presencia de Arias Montano en El Castaño y Alájar y su nombramiento como nueva vicaría por el concilio provincial Hispalense de 1512 y el Sínodo 1 diocesano de 1572.

Sin embargo, este aumento de peso socioeconómico y político de Aracena no influye sobre la denominación de la Sierra, pues en 3 las distintas fuentes documentales nos sigue apareciendo la Sierra de Aroche. Así figura en la escritura de Concordia relativa a la jurisdicción, límites y aprovechamientos de la Dehesa llamada de la Contienda entre los pueblos de Aroche, Encinasola y Moura, dada por Carlos I el 14 de octubre de 1542. Los Picos de Aroche aparecen como una de sus partes. Mas adelante, a finales del siglo XIX. Máximo Ramos y Orcajo, Presidente de la Comisión de Límites entre España y Portugal se refiere a ellos como «Los Tres Picos».

Picos de Aroche:

  1. Aroche  718 metros
  2. Lomo Delgado 631 metros
  3.  Umrizos 543 metros.

Sierra de Cortegana

Durante la dominación árabe son escasos los conocimientos, pues los cristianos tras su conquista cometieron el error, de quemar todos los documentos e intentar borrar su profunda huella. Actuación idéntica a la que habían llevado a cabo los .árabes con la documentación visigoda. Sin embargo, hay muchas cosas que nos han sido transmitidas, entre otras los topónimos y los escritos de sus historiadores, literatos geógrafos.

Los bereberes africanos, procedentes de las zonas montañosas del Rif y de Yebala se instalaron en nuestro espacio tras la conquista musulmana. Su relación con los antiguos pobladores fue de relativa cordialidad, dedicándose al pastoreo y arboricultura.

Durante estos años se conocerá a nuestra comarca como Sarra o Serra, por la abundancia de tomillos. Una de las primeras noticias de este territorio nos la sirven los árabes al-Himyari y al-Udri cuando nos dicen que Labla (Niebla) era una antigua ciudad a orillas del Río Lahshar (el llamado Luxia por Plinio), que es el Río Tinto; prosigue que nace en la Sierra de Qurtuyana (Cortegana), dónele hay tres fuentes, la primera con más caudal, aunque intermitente. La segunda que está cargada de alumbre y la tercera de sulfato de hierro. Teniendo en cuenta que este río nace cerca de la Granada de Riotinto, la extensión que parece que ocupó esta sierra fue bastante amplia. Esta mención de la sierra de Cortegana hay que relacionarla con la pujanza que cobra esta población durante el predominio islámico, no en vano nos aparece como uno de los Distritos de la «Kura» de Sevilla.

El silencio ele los documentos nos impide comentar otra cosa. Pero sí diremos que al fuente de cada Iklim o distrito existía un centro importante o un castillo, y según las últimas investigaciones el castillo de Cortegana se remonta a la época árabe.