Desde los sentimientos

Desde los sentimientos las posturas enconan, los problemas se acentúan y el acuerdo, casi siempre, se torna imposible. Hay abierta una zanja profunda entre las poblaciones serranas en relación a Aracena y su Sierra. Y no son palabras gratuitas ni falta de contenido, muy al contrario, estás actitudes arrancan desde hace siglos y están muy arraigadas en la mentalidad Serrana.

En tiempos pasados los habitantes de la comarca vivieron bajo una economía agropecuaria. Sin embargo, en Aracena siempre existió un sector administrativo y de servicio de cierta relevancia, lo que hizo qué sus naturales adquirieran un complejo de superioridad, que hoy día bastantes de ellos nos han abandonado. Y sobre todo la perfección que se tiene del topónimo Sierra De Aracena es de posesión o vasallaje, sospechándose que detrás se esconde siempre la persecución de beneficios para Aracena.

En conexión con esto la Administración ha concentrado los servicios (veterinarios, sanitarios, educacionales, notariales, postales, etc.) en las cabeceras de comarca, primando a municipios como Aracena y Cortegana. Y esto se ha realizado en detrimento de las demás poblaciones serranas. La inquina y resentimiento contra aquellas en manifiesta, tanto entre el pueblo sencillo como entre la clase política. Y como aquellos polvos traen estos lodos, la comarcalización y vertebración efectiva se torna imposible.

Otro motivo de fricción han sido Las Jornadas del Patrimonio de la Sierra de Huelva. Se celebran desde 1985 con el apoyo de todas las poblaciones serranas. Hasta la edición XI (1996) ni el ayuntamiento de Aracena ni los colectivos culturales de Aracena apoyaron este evento. El problema radicaba en la denominación De las Jornadas, pretendiendo los cebolleros se llamarán “de la Sierra de Aracena”. Finalmente, La Federación de asociaciones de la Sierra que organiza las jornadas decidió modificar la nomenclatura por jornadas del patrimonio de la comarca de la Sierra, Para qué si pudiera participar Aracena.

Otra polvareda se levantó cuando los políticos intentaron, sin un estudio geohistórico previo, dar nombre al Parque Natural que se estaba formando en la Sierra. Se barajaron diversos nombres, Sierra de Huelva, Sierra de Aracena, Sierra de Aroche, etc. La decisión que se adoptó de llamarle Sierra de Aracena y Picos de Aroche fue de compromiso, sin agradar del todo a nadie.

De un plumazo se le quitó la identidad a la Sierra de Aroche, dándole a los Picos un status que no le corresponde, pues en realidad se ha producido como ya hemos dicho una suplantación. La sierra de Hinojales se silencia y la Sierra de Aracena aparece sobredimensionada en su extensión e importancia. Lo que ocurre es que las delimitaciones político – administrativos van por un lado y la verdad histórica por otro.

El peligro se acrecienta cuando desde ciertos patronatos provinciales y Grupos Leaderes se nos quiere vender el nombre del parque como identificativo de toda la comarca. Quizá desconozcan que no toda la Sierra es Parque Natural, pues de las 308.000 hectáreas de la superficie serrana el Parque ocupa 184.000 ha., o sea el 59 por ciento del espacio total – o que los Picos de Aroche son una parte de la Sierra de Aroche.

Sendos problemas surgieron con temas como la Denominación de Origen para los quesos de Higuera de la Sierra o para los jamones serranos. Las poblaciones más fuertes intentaron llevarse el gato al agua, desperdiciando una gran oportunidad para aquilatar esa ansiada comarcalización. Consultados algunos alcaldes manifestaron que todo planeaba sobre la denominación Sierra de Aracena, sin atender a la procedencia y tradición de los productos. A esto se le debe añadir siempre un gran componente de coacciones, enfados y presiones por las partes en litigio.

Otro episodio largamente comentado por la magnitud del error ha sido la colocación de unos carteles informadores por parte de la Dirección General de Turismo de la Junta de Andalucía en las entradas y salidas de las poblaciones. La suceptivilidad se disparó suprimiéndose por las distintas fuerzas vivas de los municipios en nombre de Aracena, dejándose el de la Sierra solamente mucho más apropiado y consensuado. Un componente importante es que los naturales se identifiquen con los nombres de la zona. Esto al parecer no se comprende en la Administración.

Por otra parte, todos aquellos medios de comunicaciones que nacen en Aracena con el apelativo de comarcal que provocan crispación, pues su continua defensa de la Sierra de Aracena impide su implantación en el resto del territorio. Podemos poner como ejemplo el periódico que se creó hace algunos años “La Voz de la Sierra de Aracena” o Radio “Sierra de Aracena” de Cadena Ser.

En estas cuestiones, como si de un efecto bumerang tratará se produce un hecho, a mi entender, perjudicial para la identidad de este espacio, pues para crear cierta homogeneidad y consenso se impone la denominación Sierra de Huelva, perdiendo los topónimos Aroche, Aracena, Hinojales, etc.. Se llega a rayar el ridículo y anacronismo cuando se le llama al jamón de la Sierra “Jamón de Huelva “. Vamos así en contra de nuestra economía y de lo aprendido en los tiempos pasados.

La cuestión casi a principios del siglo XXI no es zanjada. Continuamente nos despertamos con referencias al tema en artículos periodísticos o en programas de radio. Asimismo, también hemos podido asistir interrupciones en ponencias celebradas en Aracena para que el conferenciante empleara éste o aquel topónimo a la censura que establecen algunos medios de comunicación para publicitar la Sierra de Aroche o al venaje que sufre esta Sierra en los carteles de fiestas que se cuelgan en Aracena.

Estas actitudes han creado núcleos de respuesta social en Aroche, donde desde hace algún tiempo se ha establecido una fuerte campaña, encabezada por la Asociación cultural Senabra, para reinsertar y divulgar la Sierra de Aroche. Lo que ha provocado que muchos colectivos